EL DESARROLLO EMPRESARIAL DESDE LA PERSPECTIVA LOCAL

EL DESARROLLO EMPRESARIAL DESDE LA PERSPECTIVA LOCAL

Carlos Barrios Napurí

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La minería peruana antes del siglo XX

Perú, país minero. Es común mencionar que el sector minero ha sido el que más ha contribuido a la economía peruana a lo largo de la historia. En torno a él se organizó la economía en la época de la colonia, fue el sector más importante y se mantuvo presente aunque desarticulado a inicios de la república, se impulsó fuertemente como enclave en el Sg.XX y actualmente está liderando a los sectores económicos peruanos en la etapa de globalización.

Referencias lejanas: La Colonia

Luego de la conquista española, la economía colonial se organizó a partir de la extracción y remisión a España de las riquezas mineras, principalmente la plata y en menor medida el oro. Los minerales provenientes del Nuevo Mundo permitieron la supervivencia y el desarrollo de Europa. Esto se dio en toda la región y principalmente se tuvo en áreas de difícil acceso.

En México, minas de Zacatecas (descubiertas en 1546), Sombrerete, Parral, estaban muy al norte, en unas mesetas desérticas donde vivían indios belicosos y seminómadas, que atacaban invariablemente a quienes penetraban en sus dominios. En los yacimientos mineros de plata de Guanajuato fue más favorable el asentamiento, lo que generó un importante desarrollo agrícola en las zonas circundantes.

Colombia tenía oro, en Antioquía, Popayán; y también Ecuador, en Zaruma.

Comparativamente, las minas de oro y plata de Potosí, actualmente en Bolivia que en ese entonces no existía sino era parte del Perú, quizá son la más destacada muestra de la explotación del indígena convertido en trabajador minero.

Estas minas fueron del Perú hasta mediados del siglo XVIII, pasaron a ser parte del Virreinato de La Plata; y, luego en la independencia, por estar en el Alto Perú, se constituyeron como Bolivia. Eso fue a principios del siglo XIX, cuando Simón Bolivar, que impulsaba la Gran Colombia, buscó minimizar al Perú y separó a Bolivia dándole su nombre.

El Perú colonial

En los tres siglos de colonización española la economía tuvo una organización diferente a la pre hispánica. A nivel local, para abastecer a las ciudades mineras, surgieron explotaciones agrícolas y ganaderas alrededor de ellas y para dar salida a la producción se construyeron caminos que las unían con los puertos de embarque.

Antes, la economía era colectivista y centralmente agrícola. Había un importante desarrollo tecnológico en aspectos como el manejo del agua, la investigación agraria, las obras de ingeniería. Las subsistencias abundaban, la población crecía. En lo escarpado de los andes se vivía con integración de pisos ecológicos, migrándose estacionalmente a las alturas en los meses cálidos o bajando al calor de los valles en invierno.

En la colonia, esta migración golondrina dejó de darse, quedándose muchos de los nativos en las alturas para evadir a los españoles. La conquista y el asentamiento de la nueva sociedad ocasionaron la caída brutal de la población indígena. De unos 10 millones de personas indígenas en todo el imperio incaico en 1525, se llegó a 8 millones en 1570, se redujo drásticamente hasta a 1.9 millones hacia 1650 y a 612 mil en 1754 (Kapsoli, 1983). Las causas de este despoblamiento fueron múltiples, tales como las guerras, los maltratos, el trabajo forzado, y también las epidemias de viruela y sarampión.

En este entorno, es importante destacar el trabajo forzado en las minas y ello se aprecia mejor viendo el caso de Potosí.

 Las minas de Potosí

La gran mina del Potosí, descubierta en 1545, estaba a 4.700 metros de altura, en pleno altiplano andino, donde no había animales, ni casi vegetales.

Por las condiciones de trabajo, el problema principal de la minería era la falta de mano de obra. Al inicio de la colonia y ante el descubrimiento del potencial minero de Potosí, la respuesta del Virrey Toledo (1569-1581) fue la creación de la mita. Se necesitaban trabajadores mineros y se creó el trabajo minero obligatorio y mal remunerado llamado Mita. Los indígenas de 18 a 50 años, debían ir de sus comunidades a las zonas mineras, en forma obligatoria, cada 7 años; radicar ahí durante un año y trabajar en la mina por una semana de cada tres. Esta fue la norma de que dio el Virrey.

En los dos siglos que se explotaron las minas de Potosí, la duración del trabajo pasó de cada 7 años a cada 5 años, luego a cada 4 e incluso a cada 2 años, por el despoblamiento de las provincias alto andinas. Los indígenas, como ya conocían que era la mita, emigraban para evitar las condiciones de trato donde muchos encontraban la muerte. Según unas historias, ante la insuficiencia de mano de obra, se retuvo a los indígenas e incluso hubo unos que nacieron dentro de esas minas, crecieron, trabajaron y murieron ahí, sin llegar a conocer el aire libre. Luego de dos siglos, con la decadencia de Potosí, la mita fue abolida.

 Las minas de Huancavelica

Hacia la sierra central del Perú se encuentra Huancavelica.

Para procesar el oro y la plata se emplearon sistemas de molino y amalgamación; y para eso se necesitaba mercurio (azogue). En otra parte del actual Perú, en Huancavelica, se tuvo la famosa mina de mercurio de Santa Bárbara, con yacimientos que también se encontraban a gran altura, entre los 3.800 y 4.400 metros sobre el nivel del mar.

El azogue de Huancavelica, descubierto en 1566, se utilizó especialmente para la producción de la plata de Potosí, aunque también se hicieron envíos a México cuando la ocasión así lo exigió. A partir de 1657, considerando que Huancavelica ya no producía cantidades suficientes de azogue, el transporte a Potosí se hizo desde Europa por Buenos Aires.

Santa Bárbara fue llamada también la mina de la muerte. Se hizo una excavación extensiva y encima se construyó la ciudad sin las debidas precauciones, lo que originó un derrumbe en el año de 1,786 y la ciudad se hundió. Dentro de sus socavones murieron más de 2,000 personas entre indios y españoles.

La minería en el siglo XIX

 La minería en la época de independencia

La otra zona de desarrollo minero fue la sierra central pero, luego de Huancavelica, la actividad minera en esta zona se expandió a fines de la colonia, cuando la mita ya era tema del pasado.

Al momento de la independencia, la minería peruana no estaba coyunturalmente en un buen momento. No obstante, era el principal rubro de exportación en 1820 y, largamente, la principal fuente de ingresos (74%) de la Tesorería General de la República.

 La minería de la sierra central del siglo XIX

Colindando con Huancavelica se encuentra Junín, donde actualmente está la ciudad de Yauli-La Oroya, y luego Cerro de Pasco, donde se encuentra el asiento minero más alto del mundo.

La república, en sus inicios, tuvo una emergente burguesía agrario-minera, que había combatido para romper el sistema de los monopolios coloniales. Las principales bases de estos sectores estaban en la sierra central del país (Cerro de Pasco, Yauli, Huarochirí, Yauyos).

La producción minera crecía en la primera mitad del siglo XIX y, en la sierra central, los nuevos propietarios principalmente fueron, primero criollos nativos y crecientemente ingleses.

El principal centro minero del país de esos momentos fue Cerro de Pasco. Ahí, la fuerza de trabajo no se obtuvo con la mita sino con el enganche, que surgió en diversas actividades y partes del país desde mediados del siglo XVIII y que adquirió presencia en la legislación a fines del siglo XIX e inicios del XX.

El enganche era una coacción económica y no político - administrativa, como la mita. Era otra modalidad de reclutamiento de mano de obra más acorde con la época.

El enganche operaba de la siguiente manera: Crecían las relaciones mercantiles. El indígena tenía deudas, generalmente porque alguna persona lo había explotado en su aldea natal. Llegaba a sus tierras un enganchador, que le ofrecía un trabajo en la mina y le adelantaba un pago para que cancele sus deudas, garantizado con la hipoteca de sus tierras. El indígena aceptaba y, una vez en el centro minero, quedaba atrapado por una red de mecanismos y sanciones que aumentaban sus deudas. Al final, estaba obligado a trabajar mucho tiempo más de lo previsto para cancelarlas, constituyéndose este en un sistema de esclavitud por deudas muy conocido en la Europa hasta el Siglo XVIII.

Si bien las relaciones mercantiles favorecían el enganche y se desarrollaron en muchos lugares del Perú, tuvieron mayor amplitud en la sierra central, por no estar tan atrasada. Las otras zonas andinas eran menos mercantiles.

 Cerro de Pasco

En la sierra central peruana está situada la ciudad de Cerro del Pasco, a 4,348 metros sobre el nivel del mar, lugar donde se encuentra la mina a tajo abierto más alta del mundo.

En esta sierra central, pasada la mitad del siglo XIX, la producción de plata continuó llevándose a cabo, pero en pequeñas unidades productivas de tipo familiar que tuvieron entre 20 a 40 trabajadores en promedio. Dado lo inhóspito del clima de Cerro de Pasco, por su altitud, se extraía el mineral de la mina y se llevaba más abajo, a “haciendas mineras” en las quebradas cercanas, para molerlo. Se facilitó así el desarrollo complementario de la actividad ganadera. De ahí que se hable de que en la zona existía una burguesía agro-minera.

Ahora bien, las unidades productivas mineras más grandes de esta zona no alcanzaron un nivel de capitalización suficiente como para modificar la dinámica de la economía. Para un despegue autónomo, se requería una muy elevada inversión en infraestructura que supere lo agreste de la geografía, y ello no se tenía ahí en la segunda mitad del siglo XIX.

 El entorno nacional

En el país, a mediados de ese siglo, primero se tuvo el boom del caucho. Luego el salitre junto con el guano de islas pasaron a ser nuestros principales productos de exportación. Incluso, el Perú llegó a tener capacidad para influir en sus precios internacionales. El problema fue que nuestros principales yacimientos de salitre estaban cercanos a Chile; y, ciertos intereses ingleses, incentivaron la preparación militar de ese país, para que neutralice la pujanza internacional que adquiría el Perú.

Esto coincidió en lo político, luego de varias décadas de múltiples gobiernos militares, con la primera predominancia civil de la etapa republicana. Los civiles no percibieron la necesidad de organizar al país para una eventual guerra con Chile mientras que los chilenos ya tenían cerca de una década de preparación. La guerra se inició en 1879.

Pasado ese momento, la economía peruana quedó destrozada por el saqueo, los principales yacimientos peruanos de salitre pasaran a ser de Chile, la situación se agravó por el descenso del precio internacional de la plata; y, el tejido social y la autoestima peruanas, durante un tiempo, no encontraron un norte. Supervivió además la tendencia a la fácil corrupción.

 La nueva demanda minera

El “norte” articulador, esto es, la fuerza tractora de la economía peruana provino del sector externo y fue el acelerado crecimiento de la demanda mundial de cobre. Así como siglos atrás, con la primera revolución industrial, se introdujo la utilización del vapor; a fines del siglo XIX, con la segunda revolución industrial, se introdujo la energía eléctrica; y esto amplió la demanda del cobre, principal conductor de esta energía.

La bonanza inicial del cobre estuvo en la década de 1890. Se descubrió que las principales zonas mineras se encontraban en la Sierra Central, en Cerro de Pasco, en Morococha y en la parte de Lima con Casapalca. La construcción del Ferrocarril Central del Callao a La Oroya, que se concluyó en 1893, abarató el transporte del mineral y a los métodos primitivos de la minería, se introdujo el horno reverbero, tecnología para fundir cobre de baja ley.

Esta zona por tanto se convirtió en una buena oportunidad de inversión orientada al mercado mundial sin inversionistas locales capaces de liderarla.

A fines del siglo XIX, los mineros peruanos no estaban en condiciones de realizar inversiones de gran escala. Para llegar a Cerro de Pasco, por ejemplo, donde se hallaban los principales yacimientos de cobre, se requería construir un ferrocarril La Oroya-Cerro de Pasco. Y de ahí, un ferrocarril a Goyllarisquizga, para el autoabastecimiento del carbón requerido para la fundición. Y un túnel de drenaje del agua de mina. Y la construcción de una fundición, lo suficientemente grande como para captar el abastecimiento de mineral de la región. Y plantas de electricidad. Era demasiado para la falta de suficientes capitales nacionales. En esos momentos, la fama del lugar atrajo a los inversionistas norteamericanos y su presencia en esa zona se inició en 1901, junto con el inicio del nuevo siglo, el siglo XX.